MEMORIA
Perdura el estanque en el jardín, ha sufrido algún cambio a lo largo de los años pero siguen acudiendo en primavera a él abejas, mosquitos, libélulas... Me rememoran buenos momentos que comenzaron al acabar mi larga infancia y comenzar mi extensa adolescencia. Ahora todo mi esqueleto cruje, afectado por el paso de los años. Y por mucha restauración que se haga, aunque la fachada parezca nueva, el esqueleto no cambia.
Aquí llegan, al alba. Gritando como de costumbre. Dentro de un rato volveré a sentir todo mi cuerpo dolorido.
Me quedo inmóvil y en silencio. Esperando que llegue la noche, y con ella mi amor y mis recuerdos.