EL SALTO

Subo por la pared mientras pienso en la suerte que hemos tenido. No hace calor y sin embargo hay suficiente luz. Hemos madrugado y esperamos hacer cima para mediodía. Por delante abriendo vía Ion, por detrás, Susana.

Luca se ha quedado en el hostal, ayer comenzó a sentirse mal y ha decidido no arriesgarse.

De vez en cuando golpean mi casco pequeñas piedras que se desprenden. Ion nos avisa antes de que nos alcancen para que nos cubramos el rostro. 

La ascensión va bien. Ningún contratiempo hasta el momento. Calculo que llegaremos a la hora estimada.

Ni cerebro me avisa : "concéntrate". Debo centrarme en la escalada. Un paso en falso y me quedo colgando, con suerte no arrastro a nadie en la caída.

Ya falta poco, Ion ve la cima y nos anima. Esto ya está.

Falta lo más duro. El descenso. Hemos añadido al ascenso un peso extra, pero necesario si queremos lanzarnos desde la cumbre. Y es que, a Luca se le ocurrió la idea de un salto BASE para culminar el día. 

Sí. Nos lanzaremos al vacío desde lo alto, en caída libre. Yo no prometo nada, no es que me ilusione demasiado.

Ya solo falta Susana, esperamos a que alance la cima, recogeremos, y pondremos la guinda.

Ion nos da las últimas explicaciones, ya hemos saltado en otras ocasiones, pero nunca desde tierra firme.

Y ahí va, Susana decidida será la primera, su paracaídas se abre, es mi turno y sin pensármelo, allá voy.

Hemos llegado al hostal, ya está anocheciendo. Luca dice que no se encuentra muy bien. Pensamos que pueden ser los nervios, o que tal vez, tenga el estómago vació. Vamos a cenar.

Mañana será el gran día, saldremos pronto, en cuanto haya luz, alcanzaremos la cima y después, el Salto.

He estado pensando durante el viaje, en la cena les diré que tengo un mal pálpito. Esta vez no voy a subir.

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