LA HABITACION
Esperaba sentado en una silla de aquella habitación de hospital.
Observaron las constantes en los monitores, anotaron algo en la carpeta y sin darle tiempo a saludar abandonaron la estancia.
Continuó en silencio, velando a los pies de la cama.
Al cabo de un tiempo que calculó como una hora, una enfermera entró con una bolsa de suero. Sustituyó la consumida y sacó un pequeño frasco que pinchó con la aguja de una jeringa extrayendo su contenido.
Fue al intentar inyectarla en la vía cuando él se abalanzó sobre ella.
La jeringa saltó de su mano, ella gritó con gesto de espanto y salió corriendo de la habitación.
Sobre este hospital, sobre esta habitación, existe una vieja leyenda. A veces, los sanitarios son atacados por algo que no pueden ver ni explicar.